viernes, 29 de diciembre de 2006

Caramba, Tu eres dueño del Barón?

Feliz Cumpleaños KEKO

Este 30 de diciembren nuestro buen amigo Edmundo Hermosilla está de cumpleaños. Al parecer este distinguido músico y huaso renegado celebrará dicho acontecimiento el día 03 de enero con un curanto, parecido a lo realizado por "pisteando como un campón" Guinguis. Este ex-punk y aficionado a la botánica no podrá pasar el año nuevo (ni su cumpleaños) en Santiago por razones estrictamente laborales. Keko, gran coleccionista de chunchos y economista (hastaporahinomas) , te deseamos los mejor de lo mejor en el día de tu cumpleaños. tus amigos que te quieren. (Si le quieres dejar saludos a Keko agregalos en comentarios).

KEKO DIJO:
muchas gracias... lamentablemente no voy a estar aca me tengo que ir a ensayar a quintero por que como vamos a tocar alla en valpo y la custion...pero!- por que siempre hay un pero -la celebracion del picao BA! asi que... el 3 de enero todos a mi casa todo el dia a comer un curanto riquisimo asesorado por la ya experta alejandra nuñez, amiga y compañera que se paso de buena onda y me va a ayudar. bueno... ojala podai...en fin los quiero a todos aca tipo 6 para empezar el cocimientouyuyuuuuiiiiiisus melones con vino y les voy a tener un ron pa los ronerosfinanceconomista del curi vale pellukin! abrazos y besos para todos que lo pasen la raja pal año nuevo y sean feliceskekierocomercurantoconchapalelemelonconvinouyuyuyiiii



¿Qué vamos a hacer para año nuevo?


¿Qué vamos a hacer para año nuevo?

Fiesta masiva? carrete en casa? un asado? ir a ver los fuegos de artificio a algún lado? NADA? Calabaza?....

Aquí ponga sus sugerencias...(en comentarios)


saludos

WEBMASTER

martes, 26 de diciembre de 2006

Fotos de mi cumple con la Cata




Ojo con los weones distintos!


PreTot y los famosos


Aca estoy con el más famoso del momento, el matigol. Puta que le pega bien ese weon! Si mas encima tiene una pelota de futbol en el corazón (ver foto). Saludos a todos y q tengan un año la raja.
PD:Pa aclarar cosas el de al lado no es su hermano, es mi mejor amigo del colegio, el tb. famoso Nito.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Gran Richard

A pedido de Sebastián "pisteando como un campeón" Guinguis


jueves, 21 de diciembre de 2006

Cumple Pello 2006




Piedra de toque: Las exequias de un tirano

El Comercio, Lima Diciembre 17, 2006


Hay insensatos que aún creen que un Pinochet es necesario para que un país atrasado empiece a progresar. Este fue el argumento de los pinochetistas peruanos, que son los fujimoristas


Por Mario Vargas Llosa, escritor

El azar ha querido que me encuentre en Santiago de Chile cuando las exequias fúnebres del general Augusto Pinochet. Con muy buen criterio, el gobierno de Michelle Bachelet le negó un funeral de Estado y el ex dictador fue honrado solo por los institutos armados, como antiguo comandante en jefe del Ejército. Pero ni siquiera las Fuerzas Armadas chilenas han querido identificarse plenamente con el ex dictador, como muestra el hecho de que hubieran dado de baja en el acto al nieto de Pinochet, el capitán Augusto Pinochet Molina, por haber pronunciado un discurso indebidamente en el funeral de su abuelo.

Aunque varios millares de personas, nostálgicas de los diecisiete años que duró la dictadura, fueron a mostrar sus respetos ante los restos expuestos en la Escuela Militar, todas las encuestas prueban estos días que una gran mayoría de chilenos condena ahora su régimen, por las violaciones a los derechos humanos, la corrupción y el enriquecimiento ilícito que lo caracterizó. Al igual que en el resto del mundo, aquí también muchos han lamentado que Pinochet muriera sin haber sido sentenciado por ninguno de los crímenes que cometió. Más de trescientos procesos por asesinatos, torturas, abusos de poder y tráficos ilícitos, que sus abogados consiguieron dilatar y dilatar, deberán ser ahora sobreseídos, aunque esto no exonera a sus subordinados, otros cómplices y comprometidos en las exacciones.


Pero el grueso de la opinión pública chilena e internacional lo había ya sancionado y Pinochet pasará a la historia, no por ser "el general que salvó a Chile del comunismo", (así decían algunos carteles de sus partidarios), sino como el caudillo de una tiranía que asesinó a por lo menos 3.500 opositores, torturó y encarceló a muchos miles, obligó a exiliarse a otros tantos, y durante 17 años gobernó con una brutalidad sin atenuantes a un país que tenía una tradición de legalidad y coexistencia democrática rara en América Latina. El mito según el cual fue un dictador 'honrado' se eclipsó hace tiempo, cuando se descubrió que tenía cuentas secretas en el extranjero --en el Banco Riggs de Washington-- por cerca de 28 millones de dólares y que, por lo tanto, encajaba perfectamente en la horma prototípica de los dictadores latinoamericanos, como asesino y ladrón.


Los incidentes violentos que han tenido lugar el día de su muerte en las calles de Santiago entre sus partidarios y adversarios son una prueba flagrante de las heridas y divisiones que la dictadura militar ha dejado en la sociedad chilena y lo lenta que es su cicatrización y la reconciliación. Incluso ahora, que Chile es un país muy distinto a aquel en el que Pinochet se izó al poder mediante un golpe militar, una democracia moderna y próspera, en plena expansión, los enconos, rencores y odios subterráneos que se gestaron durante su gobierno --alguno de ellos, antes, durante la Unidad Popular-- siguen fragmentando al país y amenazando con subir a la superficie con cualquier pretexto.


La condena firme e inequívoca del tiranuelo que fue Pinochet, y de su inicuo sistema, no debe significar, sin embargo, una justificación ni un olvido de los gravísimos errores cometidos por la Unidad Popular, de Salvador Allende, sin los cuales jamás se hubiera creado el clima de desgobierno, violencia y demagogia que llevó a muchos chilenos a apoyar el putch de Pinochet. Allende presidió un gobierno legítimo, nacido de impecables comicios, pero apoyado solo por poco más de un tercio del electorado chileno. Su mandato no lo facultaba para llevar a cabo la revolución socialista radical que intentó, siguiendo el modelo cubano, y que produjo una hiperinflación que generó inseguridad y furor en las clases medias y una polarización política que, a diferencia de otros países latinoamericanos, Chile no había conocido hasta entonces. Eso explica que el golpe militar no hubiera sido rechazado por el grueso de una sociedad que hasta entonces parecía tener sólidas convicciones democráticas y buena parte de la cual, sin embargo, se cruzó de brazos o apoyó a los militares sublevados.


Es verdad, también, que la dictadura oprobiosa de Pinochet, abrió, inesperadamente, una vía para la recuperación económica y la modernización de Chile. Hay que repetir, una y otra vez, que esto ocurrió no por, sino a pesar, del régimen dictatorial, por una serie de circunstancias específicas de Chile, que permitieron algo inconcebible en cualquier satrapía castrense: que el régimen entregara el manejo económico a un grupo de economistas civiles --los Chicago Boys-- y los dejara hacer reformas radicales --apertura de fronteras, privatización de empresas públicas, integración a los mercados del mundo, diseminación de la propiedad, fomento a la inversión, reforma del trabajo y de la seguridad social-- que orientaron a Chile en un camino que lo ha llevado a la prosperidad de que ahora goza.
Sin embargo, la verdadera modernización de Chile comenzó luego, con la caída de la dictadura, cuando el primer gobierno democrático de la Concertación, en 1990, a la vez que desmontaba todo el aparato represivo y censor de Pinochet, conservaba en lo esencial, aunque perfeccionándolo en los detalles, el modelo económico. Cuando el electorado chileno ratificó con sus votos aquella sensata política y, de hecho, se estableció un consenso nacional respecto a las líneas directrices --democracia política y economía de mercado--, Chile empezó a dejar atrás, por fin, ese subdesarrollo en el que todavía chapotean la mayoría de países latinoamericanos.


Hay insensatos que aún creen que un Pinochet es necesario para que un país atrasado empiece a progresar. Este fue, por ejemplo, el argumento de los pinochetistas peruanos, que son los fujimoristas. Es verdad que Fujimori hizo algunas reformas económicas. Pero todas ellas --sin una sola excepción-- se frustraron por los robos vertiginosos y los atropellos vesánicos de que vinieron acompañadas. Lo mismo, con variantes, se puede decir de todos los regímenes que han pretendido inspirarse en el modelo 'pinochetista'.
No hay modelo pinochetista. Un país no necesita pasar por una dictadura para modernizarse y alcanzar el bienestar. Las reformas de una dictadura tienen siempre un precio en atrocidades y unas secuelas éticas y cívicas que son infinitamente más costosas que el statu quo. Porque no hay verdadero progreso sin libertad y legalidad y sin un respaldo claro para las reformas de una opinión pública convencida de que los sacrificios que ellas exigen son necesarios si se quiere salir del estancamiento y despegar. La falta de ese convencimiento y la pasiva resistencia de la población a los tímidos o torpes intentos de modernización explican el fracaso de los llamados "gobiernos neoliberales" a lo largo y ancho de América Latina, y fenómenos como el del tonitronante comandante Chávez, en Venezuela.


El nonagenario cadáver de Pinochet es ya una figura arqueológica, como será, más pronto que tarde, sin duda, la de Fidel Castro? ¿La espantosa estirpe de la que ambos son figuras emblemáticas se eclipsará con ellos? Nada me alegraría más, pero no estoy tan seguro. Es verdad que, hoy, en América Latina, con la excepción de Cuba, todos los gobiernos tienen un origen legítimo, incluido Chávez. Y también que la gran mayoría de los gobiernos de izquierda en el poder respetan el juego democrático y se ciñen a los usos constitucionales. Esta es una novedad positiva, sin duda.
El problema es que la democracia política sin desarrollo económico dura poco. La pobreza, el desempleo, la marginación adelgazan el sustento popular de una democracia sin éxitos sociales y provocan tanta frustración y rencor que pueden hacer que esta se desplome. El populismo de que hacen gala varios de estos gobiernos es un obstáculo insuperable para el verdadero progreso, aun en países beneficiados providencialmente con el oro negro, como Venezuela.


Ojalá que la trágica historia de Allende y Pinochet no se repita, ni en Chile ni en ninguna otra parte.


miércoles, 20 de diciembre de 2006

Un regalito para Mariana en el día de su cumpleaños

Feliz cumpleaños

La escalera de Maitencillo

Pablo bajando al subterráneo.

martes, 19 de diciembre de 2006

Felices 30 primaveras!!!!!

Estoy de cumple el miercoles (24 orgullosos años :S), pero por diversas razones, lo celebraré mañana con un asado en el cerro San Cristobal. Espero que todos ustedes puedan asistir :), ya que nunca paso mi cumple aca en stgo y bueno, seria bakan estar con todos ustedes en esta fescha tan esspesialsh. Si quieren comer tienen q llegar temprano, a las 2 de la tarde. Estaremos ahi hasta que el sol nos lo permita.¿Cómo llegar? el lugar para hacer el asado es el "Ermitaño Alto". Si entran por pedro de valdivia norte, las indicaciones son las siguientes: suban por el camino convencional, cuando pasen la primera parada del teleferico, sigan subiendo, van a subir inmediatamente por una curva brigida y despues sigan derecho too el rato (es lo unico q pueden hacer), se van a encontrar con un camino de tierra y con un cartel que dice el ermitaño alto, sigan por el camino de tierra y encuentrennos... suerte... no es tan dificil como suena.. mi cel es :8-1424816. El de la vivi por si acaso es 9-4263778. Si suben por bellavista (por la entrada del zoologico) pueden tomarse como un colectivo q cuesta 40o pesos y ahi les dicen q van pal ermitaño alto... y eso.pregunten o llamen cualquier cosa.Lleven copeteracion. y vayan! pk si no van aunque sea un ratito, me enojo :( El precio por auto es 1500. OBVIO q pueden ir con pololos y pololas y si tienen amigos ricos tb... jejeje... de
regalitoo mishhh jejejje... ya besitosss...los espero. MARIANA






FELIZ CUMPLEAÑOS MARIANITA!!!!

Chillan, 2006.




Iloca 2006.















La cueca ilocana

lunes, 18 de diciembre de 2006

Fotos Maitencillo, 2006













El modelo chileno





Milton Keynes y el modelo chileno
Guillermo Larrain La Segunda, Noviembre 27-28, 2006


A 75 kilómetros de Londres hay un pueblo que provoca incredulidad a cualquier economista: Milton Keynes. Una breve síntesis económica tendría, una pizca de Milton (Friedman) y una (bueno, quizá dos) de (John M.) Keynes. Milton Friedman inspiró a muchos economistas durante el régimen militar. Pero esa lectura del “modelo” actual es incompleta como lo planteo en “Chile fértil provincia”. Nuestro modelo heredó reformas realizadas durante la dictadura, pero tiene otros dos afluentes. El más obvio son las políticas de la Concertación. La síntesis concertacionista no es friedmaniana o monetarista sino neo-keynesiana. Este término hace referencia a los keynesianos modernos que reaccionaron a los postulados de Friedman. El neo-keynesianismo constata que los mercados son imperfectos por lo que el ajuste vía precios no es satisfactorio. Sin mercados perfectos y flexibilidad de precios y salarios, el modelo monetarista no funciona. La derecha busca generar esas condiciones, es parte de su ideología. Si en 1990 la Concertación hubiera tenido esos objetivos, el modelo chileno sería muy distinto. La influencia de Friedman es limitada. Pero hay otra fuente del modelo chileno. ¿Es casualidad o conveniencia que la Concertación haya adoptado el modelo neo-keynesiano que acabo de describir? Los primeros economistas de Chicago no los trajo al gobierno Pinochet, sino Frei Montalva. Los instaló en puestos claves en el Banco Central. En la primera parte de su gobierno luchó prioritaria y exitosamente contra la inflación, intentó reformar al Banco Central, tecnificó la política cambiaria con la famosa “tablita”, promovió tasas de interés reales positivas y creó la UF, redujo los aranceles. La visión económica de Frei fue inspirada por Jorge Ahumada que además de apoyar temas de su tiempo, como la reforma agraria, proponía priorizar el crecimiento abriendo la economía pausadamente y controlando la inflación; criticó el uso de la política fiscal por sus consecuencias inflacionarias. El principal libro de Ahumada, “En vez de la miseria” apareció durante la campaña de 1958 junto con “Chile, un caso de desarrollo frustrado” de Aníbal Pinto, su amigo y colega en la CEPAL. Ambos libros tienen un antecedente común: en 1954 sus autores lideraron un programa económico presentado al Presidente Ibáñez. Su principal objetivo era contener la alta inflación impulsando cambios profundos para la época: reforma monetaria, devaluación y unificación del régimen cambiario, desaceleración del crédito, consolidación de la deuda pública, supresión de jubilaciones dobles, liberalización de precios (salvo 6 productos básicos), reorganización del Banco Central, y disminución de 30% de gastos de defensa. La derecha no tenía programa alternativo. Años antes Alessandri había sido ministro de González Videla sin reformar. Cuando Ibáñez rompe su alianza con los socialistas, la derecha debe contratar a una consultora extranjera. La misión Klein-Sachs llega en 1955 y su propuesta difería de Ahumada y Pinto por el mayor ajuste fiscal pero coincidían en varios puntos. El Presidente Alessandri morigeró ese enfoque, fijó el tipo de cambio y el resultado fue una crisis. Así, la abortada reforma de Ahumada y Pinto tuvo algo de fundacional. La influencia de Friedman aparece después de 1956, con el acuerdo entre la Universidad Católica y Chicago: es la segunda reacción estratégica de la derecha al estancamiento, al caos de Ibáñez y la propuesta de Ahumada y Pinto. Los primeros egresados de Chicago llegaron a finales de los 50. Entonces ni los gremialistas les daban crédito. El modelo chileno tiene tres afluentes, uno apareció en 1954, antes que Friedman influyera en Chile.

La sorprendente clave del modelo chileno
Guillermo Larrain Director de Expansiva

El modelo chileno tiene, según veíamos ayer, tres fuentes: una derivada de los aportes de Jorge Ahumada y Anibal Pinto en los años cincuenta y retomados durante el gobierno de Frei Montalva, una asociada a las políticas y reformas realizadas durante el regimen militar que son parcialmente inspiradas en Milton Friedman y la tercera son las políticas neo-keynesianas y socialdemócratas de la Concertación. Todo esto hace del modelo chileno un modelo único. Ese modelo ha significado un sorprendente descubrimiento. ¿Por qué, si una de las fuentes del actual modelo chileno data de 50 años atrás, Chile llegó al caos y el grado de confrontación al que llegó en 1973? ¿Qué pasó después de aquella “gestión Frei” en 1954 y de la publicación de los libros de Ahumada y Pinto que aquel eventual acuerdo se deshizo?

La respuesta es compleja, pero hay un punto crucial: en 1959 vino la revolución cubana que, para los idealistas e impacientes, los que buscan atajos para salir del subdesarrollo, fue como el mito de los cantos de sirena para los navegantes. Unos impusieron el “socialismo comunitario” a la “revolución en libertad” lo que, con la perspectiva del tiempo fue un error, otros lo hicieron lo propio con el “socialismo con empanadas y vino tinto”. Si nos circunscribimos solo al ámbito económico, de esas experiencias se aprendió mucho: la importancia de los equilibrios macroeconómicos tanto respecto del control de la inflación como de la política fiscal, la seriedad y bajo perfil con que deben realizarse los procesos de reforma, la importancia de no generar expectativas de empleo o consumo que no puedan ser sostenibles en el tiempo, la ineficacia de los controles de precios y los límites del Estado empresario entre otros. Toda esta suma de experiencias, aprendizajes y pensamientos es lo que nos ha llevado al modelo actual, el cual no es el mismo que en 1990. La Concertación ha sido protagonista del desarrollo de un modelo muy exitoso que combina, imperfectamente, progreso económico y justicia social. Sin embargo, no es su éxito pasado lo que mantendrá a la Concertación unida.Lo que ha quedado al descubierto con este experimento es que la tradicional asociación que hacía la izquierda entre Estado o política con revolución y la que hacía la derecha de libertad con mercado, estaba equivocada al menos en esos términos. Ni el Estado o la política llevan a la revolución, ni el mercado lleva a la libertad. El orden es el inverso.

El progreso económico, basado en el mercado y una economía competitiva y abierta, está sentando las bases para una sociedad, todavía estática comparada con la que quisiéramos, pero mucho más dinámica que antaño. El mercado se transforma entonces en revolucionario. La revolución ya no proviene del Estado ni de la política. La revolución es la consecuencia de las oportunidades que se abren con mercados abiertos y competitivos. No es de extrañar entonces que una parte mayoritaria de la izquierda promueva el desarrollo de mercados competitivos y abiertos porque ese es el verdadero motor del cambio, un cambio incómodo pero cambio al fin.Por su parte la libertad no viene del mercado, como ha sostenido la derecha. Porque tiene fallas, el mercado puede oprimir si es dejado a su libre arbitrio. La libertad la promueve ( o la amenaza) el Estado, en parte porque a muchos alivia de la pobreza gracias al gasto social, pero también y sobre todo porque puede fijar reglas de convivencia en sociedad que previenen el abuso, nivela los campos de juego de los distintos actores, provee garantías y disminuye la incertidumbre. No es de extrañar entonces que, dentro de su lógica anti-estatista, la derecha no logre articular un modelo de desarrollo social puramente basado en el mercado: la libertad, en sentido amplio, tiene otra fuente.En su forma actual, la Concertación ya ha cumplido con su rol histórico llevando a la derecha, que también ha aprendido de sus errores, a adoptar no solo el régimen democrático sino el modelo de “crecimiento con equidad”. Este es en definitiva el genuino modelo chileno. Para el entonces Presidente Aylwin que acuñó este término, Milton Friedman no era sino una muy lejana referencia. Y la constatación que los revolucionarios son los mercados y el Estado el que libera dejará a muchos, sin duda, perplejos.