sábado, 19 de abril de 2008

El sin-sentido y de por qué me gusta el Reggaeton.

Odiaba el reggaeton. Lo detestaba. Ver ese desperdicio de mujeres bellísimas con sus cuerísimos bailando algo tan chulo, mostrando tan patéticamente sus estilizadas presas para captar un mísero decimal de segundo en pantalla con altiva bajeza... Era una muy mala señal. Como cuando mis amigas voyerístas empezaban a hablar de las vidas grupales de desconocidos a raíz de programas como Protagonistas de la Fama y todo el largo etc. que sobrevive hasta el día de hoy. Al igual que los realitys el reggeton ha sorprendido por su larga hegemonía y capacidad de renovación.

Al principio pensábamos que iba a ser como el Axé, el cual aguanto un año. Pero pero no, el reggaeton siguió y sigue. En eso estaba yo, cuando un día en una fiesta de mi universidad en la discoteque ExFabrica tuve mi primera impresión desprejuiciada del reggaeton: figuraba bailando con Javiera R. y conversando el fenómeno: sobre la sensualidad del baile, que bailar es la expresión vertical de un deseo horizontal (Hotmail, 2004), que hace a la gente bailar y tomar, y bailar rico y tomar mucho; la fiesta en sí, etc. y como la música habla de cuerpos, de ofrecer el teléfono cuando te sientas sola, mamita ven que te voy a cazar, etc. Relacionando todas estas cosas, descubrimos que todo esto canaliza la necesidad humana de rendir un culto al cuerpo, al sexo, a hacer el amor y a tener sexo, a la fertilidad y fertilidad es símbolo de abundancia.

Al igual que el rito de paso a la adultez, muchas culturas expresaron un culto al sexo, a la fertilidad de los campos y de las mujeres, la Venus de Milo y
las paleolíticas, el Gagá, la Diosa Madre y el baile del vientre. Una vez más, nosotros no somos la excepción. En el Chile de la abundancia, del sin-sentido, de los ingresos del cobre, de haber pasado de la promo Capel a la promo Alto del Carmen con sorprendente persistencia, el Reggaeton (ahora con mayúsculas) viene a ocupar un lugar importante dentro de la espiritualidad de los chilenos y de los occidentales.

Esta fue mi primera aproximación al Reggaeton. Entendí algo importante de esto. Que no era algo simplón, no era chulo (si son chulos los programas del mega, ojo con la diferencia entre forma y fondo). Creo que cualquier cosa que canaliza algo tan profundo y sano como rendirle culto a la fertilidad no puede ser catalogado de chulo, si quizás la forma: los exponentes locales e internacionales y también los autos reggaetoneros. Pero no el origen de la necesidad de bailar Reggaeton. Esa necesidad de estar bailando, y bailando rico, y justo escuchaste a la mina cantar la letra de la canción que estabai bailando. Una letra que invita e incita, que estimula, que acerca y te da adrenalina. Te quedan los ojos a media asta y listo, te dejaste llevar por ese maravilloso ritmo y baile. Un ritmo simple, el ritmo bailable llevado a su mínima expresión: golpes como de bombo y de caja y nada más, que se repiten y que jamás aburren mientras cambien la melodías y las letras y un baile que además es libre, no tiene patrones limitantes como los del Axé y que se renueva constantemente por la agudeza de la necesidad de continuar este culto.

Además, esto de la chulería de la forma del Reggaeton y de la legitimidad de su origen le dan algo como de placer culpable, de "esa mezcla de dolor y placer" y recordando la creatividad del baile, la simpleza y el vaivén del ritmo me hace linkear de manera directa el Sexo mismo(pongamolo en mayúsculas también pué) con el Reggaeton, será el Sexo hecho música? me pregunto ... en fin.
Nuevamente en eso estaba cuando me pasó lo que describí dos párrafos antes. Pegadísimo pensando en esto de "oh la cagó es el culto al sexo y la hueá" y bailando sosamente, escucho a mi compañera de baile y su dulce canto: "bailando la toqué y ella se dejó .. y aprovecho y guau guau guau ...". Ahi tuve algo así como una "experiencia reggetonística" y bailé inspiradísimo y tomé con sed, sin pensar en nada más, todo lo que es dejarse llevar y vivir el momento, que cosa más maravillosa. Que el Reggaeton me haya dado algo así, algo que solamente me dieron un buen paseo pololeístico con una mujer querida, la música, y la sensación de después del examen de grado me dejó con una impresión completamente distinta a la que me generaban mis prejuicios infundados e istupidos.

Ahora pienso que el Reggaeton tiene un sentido, y un sentido muy importante. Algo muy
ancestral en el ser humano. Las Venus de Willendorf (23.000 ac) y de Laussel (sin edad estimada) son nada más ni nada menos que del paleolítico! Que dicho sea de paso cubre la mayor parte de la historia del ser humano, el 99% (Wikipedia, será confiable? supongamos que tenemos un abrelatas pues). Existen otras dos, la de Berejat Ram y la de Tan Tan que tienen entre 250.000 y 400.000 años según la discusión no zanjada entre los científicos y nisiquiera fueron hechas por homo sapiens, sino por otra especie de ser humano, el homo heidelbergesis del cual nunca había escuchado hablar (400.000 años! 200 veces de aqui a Jesús).

De esa magnitud de ancestralidad estamos hablando, la Venus de Berejat Ram es la pieza de arte rupestre más antigua de las que se han encontrado.

En general, la interpretación que subyacería a las Venus Paleolíticas es el importante rol de la mujer en esas sociedades ya que ellas eran las dueñas de la fertilidad y fertilidad significa abundancia, algo muy poco probable para nuestros ancestros. Esto viene de la forma de las Venus: la abundancia de sus mamas, de su vientre, de su vulva y la pequeñez de sus brazos y piernas, aunque esta explicación no puede ser contrastada, al parecer es la que más hace sentido y es la que más me suena, la primera vez que la escuche fue en una clase de arte en el colegio y nunca he escuchado otra interpretación, dice algo eso? Quizás si.

Ahora, el sentido del Reggaeton aparece como un vuelco al origen. Cuando la política pierde su sentido: balean guaguas, planean poner termoeléctricas en Punta de Choros o en la Quirilluca, destituyen a ministra de Estado y una mujer da a luz en un baño, la situación del sin-sentido se vuelve crítica y ojo, sin siquiera recurrir a nombrar el Transantiago, lo que sería muy útil para representar la persistencia temporal de este sin-sentido político.

Cuando la iglesia aparece confundida y desviada de los valores altruistas de Jesús (vengo de un colegio jesuita) y la autoridad máxima de esta institución va a Washington y se junta con G. W. Bush, casi como en una señal de apoyo a su política con una ridícula guerra al Islam incluida. Algo me dice este cura Rap que anduvo dando vueltas por aca hace poco, será la expresión que los curas también empiezan a buscar la reproducción? Me parece legítimo y necesario para una iglesia que esta atrayendo a bastantes pedófilos.

Por otro lado, cuando algo tan omnipresente para nosotros como lo es el mercado sólo nos ofrece comprar y nos mira a todos como consumidores. Esto puede ser una sutileza, pero no es trivial ni me es indiferente que se haya reemplazado el “persona” por un “cliente” o por “consumidor”. Hoy en día los valores de la sociedad de consumo son ratificados por la desición de compra. Hay sentido?

En fin, donde la pérdida de sentido es tan amplia y es visible en tantos flancos, aparece el Reggaeton, como un dictamen evolutivo que nos vuelca al origen en el momento en que nos damos cuenta de todas esas conclusiones de borrachos que tienen que ver con que “el sistema está mal” y todas esas cosas. Quizás no esta mal, si no que quizás no tiene sentido. Fuerte.

Y cuando aparece el Reggaeton son los jóvenes los que los adoptan, confundidos, reprimidos, con una sensación de no saber donde esta uno parado. Discutiendo este tema con mi hermano Sebastián me comentó sobre la interesante explicación sicoanalista al fenómeno de los Pokemones, a la cual no me adhiero por ser muy freudiana pero me parece pertinente. Fuera del ponceo y del sobajeo, los pokemones se caracterizan por su estrambótica vestimenta y sus raros peinados nuevos. Según esta explicación esas expresiones dan cuenta de la represión sexual y de la necesidad de satisfacer esa necesidad. Al igual que el Reggaeton, que el ponceo y sobajeo, la ropa de los pokemones canaliza ese impulso.

Retomando, tal confusión lleva, con intuitiva certeza, al sentido más primitivo y ancestral: la fertilidad. ¿Hay algo que tenga más sentido que la fertilidad? ¿Que la reproducción? Esto da acceso a perpetuarse hasta el más mínimo ser vivo, hasta el ser humano más postergado. Ya que como dice Jorge Drexler el ser humano es “un animal prodigioso con la delirante obsesión de querer perdurar” y la reproducción te lo hace fácil, probablemente la vía más fácil para perpetuarse, más fácil que levantar imperios y derrocarlos. Por otro lado, otro grande, el director de cine Eliseo Subiela con “El lado oscuro del corazon” (1992) y “El lado oscuro del corazón 2” (2001), plantea de forma maravillosamente poética e intensa que el tener un hijo es el truco para lidiar contra El Tiempo y La Muerte.

Por lo primitivo de esta necesidad, no es sorprendente que el Reggaeton sea prácticamente lo único transversal entre las dos tribus urbanas antagónicas y tan distintas desde el foco socioeconómico. El Colo y la Chile: los pokemones y LOS pelolais. Aunque todos los pelolais les gusta el Reggaeton, he visto que existen algunos de ellos que han dado un paso en la búsqueda del sentido. No sólo rinden culto a la fertilidad, sino que también al altruismo. Han levantado fundaciones como
Un Techo Para Chile, Trabajo en la Calle, CreceChile, y un afortunado etc. que llevan como estandarte un objetivo superior basado en el altruismo. No soy quién para juzgar, pero creo que sí tienen mucho sentido. Estos podrían ser pensados como “pelolais avanzados”, ya que siendo pelolais, no se identifican con el liso del pelo o la vistosidad de la ropa. Aunque si recurren al “hay galla nooo que moooonooo” y esas expresiones tan jocosas y que me caen tan bien.

Otra actividad que me merece todo el respeto por su carga llena de sentido son aquellas que tienen que ver con la búsqueda de un equilibrio entre la actividad industrial y el medio ambiente como la
Chinchimén, ya nombrada. Estas dos últimas actividades “con sentido” y algunas más, como el Fútbol o el deporte en general y el arte. Son de orden superior a la fertilidad, por eso es que son tan recientes, y la otra tan primitiva.

Creo que ahí está el punto de tensión que podría hacer el mundo un poco más agradable, canalizar esa necesidad de sentido hacia aquellas que son superiores. Que también garantizan nuestra supervivencia o que la hacen más amena y armónica pero no desde el egoísmo, si no que desde el altruismo.

Espero no haber sonado tan moralista.

Criticas? bienvenidas todas, en comentarios por favor.

jueves, 10 de abril de 2008

EXAMEN DE GRADO

El examen de grado es un rito.

La vida esta llena de ritos. Siempre escuchamos sobre matrimonios, bautizos, pruebas de aptitud o de selección de algo, despedidas de soltero/a, mechoneo, etc. Son todos ritos.

El examen de grado es uno de ellos. Es el rito de paso a la adultez del mundo occidental. En este uno se enfrenta a “que tan listo está uno” para pasar a la selva llamada mercado laboral. El criterio, por lo tanto, no tiene ningún valor para mí. Pero en fin, es el criterio que existe para bien o para mal, y los “sabios” resolverán que tan listo estoy, si cumplo o no cumplo con sus criterios.

Además hubo preparación: cinco años (en verdad me tomé seis) en la selva universitaria. Haciendo pequeñas tareas que espero que el mundo real me pida, para evitar una sensación de pérdida de tiempo. Independiente de eso, uno aprende paso a paso, a arreglárselas para la supervivencia. Seguramente, hace un par de diez miles de años, uno aprendía cosas de la naturaleza, plantas nutritivas, cómo descuerar un mamut, y cómo hacer herramientas con sus huesos. Pequeñas tareas que uno debe aprender cuando niño, o mejor dicho en la época pre-adultez. En el momento indicado, uno debe enfrentarse a algún rito. Uno que marque un quiebre entre la etapa de aprendizaje y la etapa de llevarlo a la práctica. Estoy conciente de que en la realidad las etapas se entremezclan, de todas maneras para todas las culturas fue necesario un rito, un quiebre.

Me imagino que si fuera un ona, por dar un ejemplo, estaría en un kloketén. Rodeado de sabios del mundo adulto, pintados de blanco simulando espíritus y fuerzas que suman y que se interponen. Si me achunchara no estaría listo, no sobreviviría en el mundo natural, del cual tengo que extraer comida y herramientas para sobrevivir, para tener una mujer, para tener hijos con esa mujer y poder mantenerlos a ellos y a ella. La diferencia es que hoy la mujer también se une a la selva laboral. El hombre ya no está solo en esa tarea. Los hijos sí, para bien o para mal.

Si no apruebo el examen de grado no estaría listo para poder lograr eso (insisto, según los criterios académicos occidentales). Para mantener una casa sin la ayuda de nadie, algo que en cualquier época elevaría al hombre que pueda hacerlo a la categoría de hombre respetable; para ir a la selva de edificios a encontrar un lugar, encontrar una mujer, y seguir el curso natural de la vida, aunque quizás de una manera muy poco natural.

Yo estoy listo y digo que los que sepan que están listos cruzarán este rito hacia la siguiente etapa de la vida.




se que no a todos nos tocan los mismos ritos, yo reflexiono sobre lo que me tocó a mi primero. de aqui nace mi cosmovisión.