Cómo no hablar de Farkas

- yo creo en Farkas -

Algunos de mis amigos lo encuentran un maestro. A otros les da pena, por ejemplo el hecho de regalar los mil millones de dólares de dólares que entregó a la teletón, por que claro, con esa cantidad de plata, solo es necesario una buena idea para hacer un aporte mucho más importante, pero no, Farkas prefiere hacerlo en una de las instancias de mayor presencia mediática de nuestra lamentable farándula.

Básicamente, no me extrañaría que apareciera regalando billetes y postulando a su mujer para reina en el Festival de Viña.

En un principio, me parecía interesante. Un empresario desprendido y chalao, “que simpático este rusio” llegué a pensar.

Pero bueno, no todo lo que brilla es oro, ni menos Farkas.

Le escuché muy atento en la entrevista que le hicieron en Animal Nocturno y llegue a la penosa conclusión de que no es para nada inteligente y me pareció incluso, falto de conciencia: el sueña con estar en una pieza y “apretar el botón que haga desaparecer el odio, apretar el botón que haga desaparecer la maldad, apretar el botón, apretar el botón” tal como piensan los niños desde su ingenuidad.

Muchas de las críticas que le hacen los políticos respecto a su posible candidatura presidencial, es que no tiene ideas, que para gobernar hay que tener un proyecto país, ser un estadista, etc.

Claramente, son críticas dignas del Padre Gatica, el famoso representante de los sacerdotes que no practica (leer en the clinic reportaje sobre los legionarios).

No niego que existan personas idóneas para dirigir desde nuestra Casa de Moneda, pero desde la forma que nuestra sociedad hace política, estos suelen quedarse en “el segundo piso” ya que mucho más importante que ser estadista es tener una buena sonrisa y un jingle pegajoso.

Pero por qué Farkas irrumpe en la escena farandulera-política con tanta facilidad y con sendo apoyo popular. Si hasta desata crisis en sus fans, como los beatles!

Cada vez que decía “apretar el botón de…” era interrumpido por el aplauso espontáneo del público.

El advenimiento de Farkas es lamentable, llegando desde la farándula a la política, es aclamado presidente por el pueblo y esto no es más que otra señal del nivel político de nuestro país: estamos tan desencantados que creemos en superhéroes que nos salvaran de los malos, acaso?

Nuestra política es tan patética que alguien puede ser proclamado por el puro hecho de regalar lucas y ser instalado en la discusión mediática a la misma altura que Lagos, Piñera y otros bandidos.

Farkas es un símbolo, representa el nivel de nuestra política, de nuestros medios y de nosotros mismos, todos los chilenos… aunque a veces pareciera que todo fuera broma. Lo que si está claro, es que Farkas NO QUIERE SER PRESIDENTE! QUIERE SALIR EN LA TELE NO MAS!