lunes, 12 de enero de 2009

Cumbre del Rock Chileno

- flicr de esta foto, el del pipe espinoza -
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Ayer, mi querida y recién llegada amiga Jimenilla me invitó a la Cumbre del Rock Chileno. Notable iniciativa. Aunque a veces parece pretenciosa, los organizadores demostraron que es posible darle forma y orden al ecléctico género que es representado por el concepto de rock chileno. Tocó desde "Teleradio Miranda" hasta Criminal, con una enorme, exquisita y colorida diversidad de bandas, músicas, instrumentos y miradas entre estos extremos de la música nacional.

Siempre hubo música en dos escenarios. Muy eficiente pero en desmedro de la calidad. Mientras agradecía por estar viendo el tema "La Poderosa Muerte", el cual empieza con un piano sensible y matizado, era desconcentrado por los gritos guturales y enérgicos de los metaleros del escenario de al lado. No creo que haya una receta. Pero hay que elegir: cantidad o calidad, y acá se eligió cantidad.

Cantidad de música, cantidad de gente, cantidad de basura.

En la entrada aparecía un cartel que decía "prohibido entrar cámaras de fotos, video, botellas, etc". Le comentaba a mi gran amigo Mono que no me gustaría generar una instancia donde no quiera que la gente tenga su propio registro de lo que viven. Por otro lado, lo de las botellas me pareció un poco más lógico: la basura, las guerras de botellas - que son bastante entretenidas por lo demás -, o quién sabe qué.

Durante el desarrollo del evento me doy cuenta que esa política no tiene que ver con la basura o las guerras de botellas. Al final habían botellas igual, pero a precios monopólicos y sin guerras. Por otro lado, una creciente cantidad de vasos, tapas de vasos, cartones de sanguches, barquitos de completos, cajetillas de cigarros, etc, adornaban el verde pasto del Club Hípico.

Mientras hacía la cola para pagar dos o tres veces el valor de un sanguche que me compré, advertía esta situación y despotricaba de tanto en tanto, llegando a un momento bien interesante: desenvolví mi sanguche buscando un lugar donde botar el envoltorio. Quise preguntar antes que nada, pero la obviedad que me sugiería esta alfombra de deshechos me hizo pre-sentirme tonto al imaginarme preguntando "hay un basurero?", por lo que no tuve nada más que echar con alevosía mis deshechos al viento.

No había ni un lugar donde botar la basura. Ni un basurero. Nada. Solo basura.

Seguramente tienen un ejército de hormiguitas que limpiarán todo, o quizás un sistema oculto en el pasto se traga la basura, o esperarán a que se degrade, o quisás subcontratarán un servicio para no dejar rastros de la cumbre. De alguna manera se las arreglarán, pero el Club Hípico no puede quedar en esas condiciones. Y este no es mi punto.


¿Qué representa esta ausencia de basureros en un evento de cuarenta mil personas?


Creo que esto sugiere una inconciencia sobre los deshechos que generamos. Y creo que es grave, porque en términos generales, esto implica el no asumir los costos de nuestras actividades. Que hoy es una política que tiene nuestro planeta y nuestros ambientes en muy malas condiciones. No nos acostumbramos a nosotros mismos a botar la basura. Si vamos con niños, estos verán que el suelo es el lugar para la basura por default. Que al parecer es lo que nos pasó a las cuarenta mil personas cuando ibamos de paseo con nuestros padres.

En esta cumbre del rock chileno habían cuarenta mil espectadores, cientos de músicos y organizadores. Muchos de estos personajes rockeros son aquellos que critican nuestro sistema y forma de vida y son cuarenta mil pares de manos aplaudiendo cuando Manuel García, citando a Gustavo Cordera, dice: "hijos de puta en La Moneda y en todos los ministerios". Cuarenta mil voces aclamando la rabia de este músico.

Estamos muy bien en el análisis, pero estamos pésimo en la solucionática. Creo que la política de deshechos debe ser algo exigido por el estado al momento de llevar a cabo iniciativas como esta. Lamentablemente algo asi nunca vendrá desde los que ya gobernaron ni desde los gobiernos que vendrán. Y al parecer desde los organizadores tampoco: tuve la suerte de estar en el VIP, con sillones taquilla, televisores con la transmición directa del asunto, bar abierto, arreglos de flores, etc. Agradable y frívolo.

¿Dónde quedó eso de la conciencia, eso del mundo mejor, eso de hacerse cargo? ¿O es que simplemente estoy pidiendo consecuencia donde no la encontraré?

Filo con la consecuencia. A hacerse cargo, por favor. Es súper simple.

3 comentarios:

raportero dijo...

Toda la razon kekeas, una lastima la cochinada que se genera con este tipo de eventos sin las minimas preocupaciones por el medio ambiente y por los mismos asistentes.

Piensa que nosotros llegamos a las 13 hrs, conseguir una bebida o algo para refrescarse era toda una odisea porque resulta que a la organizacion se le ocurrio que no se podia entrar NADA para beber, el agua que salia de las llaves no era potable por lo que varias farmacias seguramente aumentaron considerablemente la venta de pastillas de carbon.

Como espectaculo, puesta en escena y sonido nada que decir, realmente buenisimo pero considero que las autoridades y organizacion deberian preocuparse un poco mas por la integridad de sus "clientes".

Anónimo dijo...

Valioso testimonio,
suerte hermano...

Anónimo dijo...

Toda!