Gracias Por Fumar
- el pc también debería apagarlo -
Son las ocho de la mañana. No me acosté muchas horas antes. Toso. No puedo dormir. Tengo que dejar de fumar, tengo que dejar de fumar… ya he pasado por esto antes pero vuelvo a caer. Como decía Oscar Wild “dejar de fumar es muy fácil, yo mismo lo he dejado como cien veces”.
No puedo dormir no más. Me voy a la tele. La prendo y esta en Chilevisión, en el matinal de noticias con un Fernando Paulsen tan trasnochado como yo e incapaz de articular una frase sin incluirle largos e inseguros “eeeeeeeee” entre intervalos de unas tres palabras con alguna varianza. Aparte que su muletilla del "lisa y llanamente" tienta a contar las veces que la dice en vez de entender lo que dice. Algo ya difícil por los espacios llenos de “e’s” en su hablar.
Busco el control remoto y no lo encuentro. Me resigno un rato y me pongo a ver su mierda de matinal. Entrevistas morbosas a familias asaltadas, discusiones sobre la seguridad de los avisos de “vendo, vendo” de los diarios, pacos alegando por la cantidad de pitanzas que reciben y la redundante dificultad para reconocer un verdadero llamado de auxilio de una pitanza cómplice y un negativo etcétera.
Chato, estos hueones me vienen a meter su inseguridad de mierda a primera hora de la mañana y por donde mejor cabe: la tele.
Me pongo a buscar el puto – desde ahora – control remoto sin éxito en mi inquietante búsqueda. Me vuelvo a resignar y a poner atención en lo que el canal de Piñera quiere transmitir.
Comienza un programa que se llama “Gente como tú” que animan tres auténticos sacos de raja que no son como yo, espero. Pero algo me queda dando vuelta… gente como tu, gente como tu… me querrán decir algo? En fin. Este programa tiene un muy buen ánimo para empezar. Un sol muy llamativo que ondea sus rayos en una esquina de la pantalla, vistosas viñetas que dan contexto a lo que nos quieren contar y unos animadores con una energía muy discordante con lo que nos trae la pauta del programa.
Y de nuevo lo mismo. Las mismas - LAS MISMAS - entrevistas morbosas a familias asaltadas y el mismo paco sacándose los pillos con que le llegan pitanzas y pendejos civiles que llaman para preguntar la hora. La misma discusión sobre este empresario que mataron por querer comprar una buena moto barata - en las cajetillas de codicia nunca viene un “la codicia mata” - y puras cosas que te hacen pensar “qué onda esta realidad y todos esos comentarios que quieren que yo diga, y toda esa incomodidad que Piñera quiere que tenga”
Inevitablemente me pongo a pensar en lo “expuestas” que estarían mi madre y mi hermana y lo desagradable que es empezar un día así. Con desconfianza del resto de las personas con las que hago sociedad.
Sin esperanzas de recuperar el puto, trato de descubrir que es lo que nos quieren decir con esto de gente como tu.
1. Somos los asaltados. Todo es inseguro, en cualquier momento irrumpen en nuestra casa y nos pasa lo que con lujo de detalles extrae un poco ético periodista de una bastante alterada señora. No gracias.
2. Somos los asaltantes. Enhoramala nos viene eso del efecto mariposa y cambiamos nuestro rumbo de vida dominados por una incontrolable rabia, angustia o lo que sea y nos vamos al carajo. Chanfles… esto menos.
3. Somos los animadores. Personitas manejadas y vendidas a un mensaje de un tercero que, con ánimo de animador y una sonrisa pepsodent, te hablan sobre todo lo malo que te puede pasar para que al final sobreestimes la probabilidad de que te ocurra a ti mismo. Y tengas miedo; viendo un televisor con un sol radiante en una de sus esquinas.
¿Gente como yo? No pasa ná compáre, espero.
Lo más notable de todo, es que esa incoherencia entre contenido y forma deja de ser tal cuando vemos los intereses de quien maneja esto. Lo que al final me hace desconfiar profundamente de él y no del resto de las personas. Que dios nos libre, como se dice, pero sería muy interesante ver como cambia este canal si su dueño sale presidente, a un precio quizás demasiado alto, pero en fin. La concertación le regaló esto del “sillón presidencial”.
Y todo esto por fumar. Tengo dos vicios que hacen muy mal, el pucho y la tele. Tengo que dejar de fumar tele, tengo que dejar de fumar tele.
No puedo dormir no más. Me voy a la tele. La prendo y esta en Chilevisión, en el matinal de noticias con un Fernando Paulsen tan trasnochado como yo e incapaz de articular una frase sin incluirle largos e inseguros “eeeeeeeee” entre intervalos de unas tres palabras con alguna varianza. Aparte que su muletilla del "lisa y llanamente" tienta a contar las veces que la dice en vez de entender lo que dice. Algo ya difícil por los espacios llenos de “e’s” en su hablar.
Busco el control remoto y no lo encuentro. Me resigno un rato y me pongo a ver su mierda de matinal. Entrevistas morbosas a familias asaltadas, discusiones sobre la seguridad de los avisos de “vendo, vendo” de los diarios, pacos alegando por la cantidad de pitanzas que reciben y la redundante dificultad para reconocer un verdadero llamado de auxilio de una pitanza cómplice y un negativo etcétera.
Chato, estos hueones me vienen a meter su inseguridad de mierda a primera hora de la mañana y por donde mejor cabe: la tele.
Me pongo a buscar el puto – desde ahora – control remoto sin éxito en mi inquietante búsqueda. Me vuelvo a resignar y a poner atención en lo que el canal de Piñera quiere transmitir.
Comienza un programa que se llama “Gente como tú” que animan tres auténticos sacos de raja que no son como yo, espero. Pero algo me queda dando vuelta… gente como tu, gente como tu… me querrán decir algo? En fin. Este programa tiene un muy buen ánimo para empezar. Un sol muy llamativo que ondea sus rayos en una esquina de la pantalla, vistosas viñetas que dan contexto a lo que nos quieren contar y unos animadores con una energía muy discordante con lo que nos trae la pauta del programa.
Y de nuevo lo mismo. Las mismas - LAS MISMAS - entrevistas morbosas a familias asaltadas y el mismo paco sacándose los pillos con que le llegan pitanzas y pendejos civiles que llaman para preguntar la hora. La misma discusión sobre este empresario que mataron por querer comprar una buena moto barata - en las cajetillas de codicia nunca viene un “la codicia mata” - y puras cosas que te hacen pensar “qué onda esta realidad y todos esos comentarios que quieren que yo diga, y toda esa incomodidad que Piñera quiere que tenga”
Inevitablemente me pongo a pensar en lo “expuestas” que estarían mi madre y mi hermana y lo desagradable que es empezar un día así. Con desconfianza del resto de las personas con las que hago sociedad.
Sin esperanzas de recuperar el puto, trato de descubrir que es lo que nos quieren decir con esto de gente como tu.
1. Somos los asaltados. Todo es inseguro, en cualquier momento irrumpen en nuestra casa y nos pasa lo que con lujo de detalles extrae un poco ético periodista de una bastante alterada señora. No gracias.
2. Somos los asaltantes. Enhoramala nos viene eso del efecto mariposa y cambiamos nuestro rumbo de vida dominados por una incontrolable rabia, angustia o lo que sea y nos vamos al carajo. Chanfles… esto menos.
3. Somos los animadores. Personitas manejadas y vendidas a un mensaje de un tercero que, con ánimo de animador y una sonrisa pepsodent, te hablan sobre todo lo malo que te puede pasar para que al final sobreestimes la probabilidad de que te ocurra a ti mismo. Y tengas miedo; viendo un televisor con un sol radiante en una de sus esquinas.
¿Gente como yo? No pasa ná compáre, espero.
Lo más notable de todo, es que esa incoherencia entre contenido y forma deja de ser tal cuando vemos los intereses de quien maneja esto. Lo que al final me hace desconfiar profundamente de él y no del resto de las personas. Que dios nos libre, como se dice, pero sería muy interesante ver como cambia este canal si su dueño sale presidente, a un precio quizás demasiado alto, pero en fin. La concertación le regaló esto del “sillón presidencial”.
Y todo esto por fumar. Tengo dos vicios que hacen muy mal, el pucho y la tele. Tengo que dejar de fumar tele, tengo que dejar de fumar tele.
La foto es de este flickr .. creatives commons y la custión.
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