Tremendo
directamente del planeta GOL
Por esas cosas raras que sólo tiene el fútbol, el triunfo más taquicárdico de la Roja del último tiempo pilló a todos de sorpresa. Cuando los 16 millones puteaban al Pelón, porque se aburrió de entrenar el 3-5-2 y se arrepintió a última hora con un 4-4-2 que nos hacía dar pena ante Ecuador, vino una iluminación, que en honor a la pulenta tal vez ni merecíamos.
La Selección caía 2-1 y a casi nada del final ya ni Santa Teresita ni el Padre Hurtado la iban a salvar. El Mati Fernández había sido una sombra cansada del que era y sólo con el empuje del Chupete no estábamos muertos. Pero a los 73' el hombre de la pata de conejo que usa el buzo nacional miró a Carlos Villanueva, uno de esos gallos que recordarán para siempre que salió de la nada para vestirse de héroe nacional.
En una nación que de repente pasó a llenarse de magos, el "Piña" apenas le daba para aspirante de hechicero. Pero hay gallos a los que los toca el segundo de fama y su ingreso, a los 72', coincidió con esas epopeyas que quedarán grabadas a fuego en el disco duro patrio, porque no llevaba nada en el Cachamay cuando Suazo empató y en los 86' hizo la hazaña de conseguir 3 puntos que de la nada sacaron a la Roja del infierno para ponerla, según los propios jugadores, en la segunda fase.
El orgasmo llegó de tiro libre. Pero va a creer que en las prácticas los encargados de tirarlos siempre eran Fernández, Valdivia y Mark. Y en ese orden.
Por eso que tanto se agradece la insolencia del audino, que ayer no sólo sepultó al Mati, como quería Don Nelson, sino que provocó el nocáut para un Ecuador que nos pudo haber goleado, pero que no supo matar. Muchos dijeron que por sobrados, les pasó. Pero a esas alturas a bien pocos les importó, porque eso que se vive sólo una vez en la vida se había hecho realidad.
Por esas cosas raras que sólo tiene el fútbol, el triunfo más taquicárdico de la Roja del último tiempo pilló a todos de sorpresa. Cuando los 16 millones puteaban al Pelón, porque se aburrió de entrenar el 3-5-2 y se arrepintió a última hora con un 4-4-2 que nos hacía dar pena ante Ecuador, vino una iluminación, que en honor a la pulenta tal vez ni merecíamos.
La Selección caía 2-1 y a casi nada del final ya ni Santa Teresita ni el Padre Hurtado la iban a salvar. El Mati Fernández había sido una sombra cansada del que era y sólo con el empuje del Chupete no estábamos muertos. Pero a los 73' el hombre de la pata de conejo que usa el buzo nacional miró a Carlos Villanueva, uno de esos gallos que recordarán para siempre que salió de la nada para vestirse de héroe nacional.
En una nación que de repente pasó a llenarse de magos, el "Piña" apenas le daba para aspirante de hechicero. Pero hay gallos a los que los toca el segundo de fama y su ingreso, a los 72', coincidió con esas epopeyas que quedarán grabadas a fuego en el disco duro patrio, porque no llevaba nada en el Cachamay cuando Suazo empató y en los 86' hizo la hazaña de conseguir 3 puntos que de la nada sacaron a la Roja del infierno para ponerla, según los propios jugadores, en la segunda fase.
El orgasmo llegó de tiro libre. Pero va a creer que en las prácticas los encargados de tirarlos siempre eran Fernández, Valdivia y Mark. Y en ese orden.
Por eso que tanto se agradece la insolencia del audino, que ayer no sólo sepultó al Mati, como quería Don Nelson, sino que provocó el nocáut para un Ecuador que nos pudo haber goleado, pero que no supo matar. Muchos dijeron que por sobrados, les pasó. Pero a esas alturas a bien pocos les importó, porque eso que se vive sólo una vez en la vida se había hecho realidad.
Fuente: Diario La Cuarta, el diario popular!!!
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